El COVID-19 lleva casi 2 años en nuestro país y nos encontramos actualmente pasando una tercera ola. Esta situación nos hace recordar la importancia de la vacunación para reducir la severidad de la enfermedad en caso la adquiriéramos.
Sin embargo, debemos también tomar pasos importantes para reducir los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de enfermarnos severamente de COVID-19 tales como: sobrepeso/obesidad, controlar de manera apropiada posibles condiciones médicas de la que se sufriera como hipertensión, diabetes, enfermedad renal crónica, condiciones pulmonares (por ejemplo asma, EPOC, fibrosis pulmonar) entre otros.
Un nuevo estudio realizado el año pasado demostró que el enfermarse de COVID-19 y sufrir de Apnea del Sueño incrementaba la duración de hospitalización y de mortalidad en comparación con pacientes que no sufrían de este trastorno respiratorio del sueño. El nivel normal de oxígeno en sangre es mayor de 95% y debe mantenerse en ese nivel tanto mientras dormimos como cuando estamos despiertos.
En este estudio, la hipoxemia (nivel de oxígeno en sangre menor a 95%) relacionada a trastornos respiratorios del sueño llevaba a un incremento en la complejidad de los pacientes con COVID y tomaba mayor importancia el tener un mayor incremento del tiempo total de sueño con una saturación de oxígeno menor a 90% que la severidad en sí de la Apnea del Sueño basado en el índice de apnea-hipopnea (IAH).
Se define que una persona sufre de Apnea del Sueño leve con un IAH que pueden ser de 5 a 14 eventos/h, moderada con un IAH de 15 a 29 eventos/h y grave con un IAH mayor o igual a 30. Se postula que la hipoxemia que los pacientes sufren por este trastorno respiratorio del sueño se asocia con un mayor compromiso de hipoxemia relacionado al daño pulmonar relacionado por el COVID-19.
La hipoxemia contribuye a micro-infartos, inflamación del tejido de los pulmones, al estrechamiento de los vasos sanguíneos (vasoconstricción) por parte de pequeños músculos en sus paredes de los pulmones que ocasiona un bloque parcial o total de la sangre, y finalmente a lesión pulmonar.
También el estudio mostró que los pacientes con COVID – 19 que desarrollaban la enfermedad y sufrían de Apnea del Sueño se descompensaban mucho más rápidamente que los pacientes que no sufrían de este trastorno respiratorio del sueño.
Una de las principales conclusiones del estudio es el identificar e intervenir de manera temprana en el sub-grupo de pacientes que sufren de Apnea del Sueño y con COVID – 19, implementando una estrategia de riesgo de estratificación para tratarlos de manera oportuna buscando así reducir el riesgo de complicaciones de estadía prolongada e incremento de mortalidad como demostró este estudio.
Investigación adicional en saber si la hipoxemia propia de este tipo de trastornos respiratorios del sueño podría influenciar de manera negativa en la eficacia de la vacuna contra COVID – 19 es necesaria para establecer una estrategia apropiada en este sub-grupo de población de riesgo.Debemos dejar de pensar en señales de alarma de que pudiéramos estar en riesgo de sufrir de Apnea del Sueño que tiene una prevalencia de aproximadamente 1 billón de personas en el mundo.
Los principales síntomas son: el ronquido severo, fatiga, somnolencia excesiva diurna como el quedarse dormido en actividades sociales o en área de trabajo. Estos síntomas debemos dejar de considerarlos como una anécdota y entender las serias implicancias que puede causar en nuestra salud el sufrir de Apnea del Sueño y no hacerse la evaluación apropiada ni tratarla oportunamente. Se debe cultivar una buena calidad de sueño como parte de nuestra salud integral junto con el ejercicio regular y una dieta saludable así como compartirlo y aplicarlo en nuestras propias familias.
La Apnea del Sueño no solamente afecta directamente a las personas que sufren de esta enfermedad sino también perjudica la calidad de vida de nuestros seres queridos, de nuestro ambiente laboral, de nuestras relaciones interpersonales, y sin exagerar el de nuestra propia estabilidad económica por los costos que llevaría el tratamiento de complicaciones médicas relacionadas a no diagnosticar y tratar de manera oportuna la Apnea del Sueño (hipertensión, diabetes, infarto del corazón, accidente cerebrovascular, depresión, arritmias cardiacas, insuficiencia cardiaca entre otros).
Si te han dado a conocer tus familiares o amigos que sufres de ronquido severo, fatiga/cansancio, somnolencia diurna excesiva, pausas en la respiración mientras dormimos, o problemas para iniciar o mantener el sueño, contáctanos y gustosos te ayudaremos. En Rest Perú entendemos lo valioso que es el poder tener una buena calidad de sueño y así disfrutar de un sueño reparador.